Mujeres y niñas por la Cultura de Paz
Espíritu crítico y sentimiento a favor del desarrollo sostenible
Suelí Periotto
07/03/2014 | Viernes | 16:38 horas | Actualizado el 22/09 a las 16:07 horas
El proceso de maduración propiciado por la Educación puede ser el detonador del compromiso y de una postura positiva, tan necesarios para los cambios urgentes en el planeta. El reciclaje de residuos ilustra bien esa premisa. Es un ejemplo de práctica que puede partir de una residencia y de ahí entusiasmar a los vecinos, a las familias de otra calle, de todo el barrio. A ese ritmo, algún tiempo después, el hábito será una realidad en grandes áreas de la ciudad, demostrando de esta forma la fuerza de micro o macro cambios de comportamientos.
Es muy verdadero que actitudes así son el resultado de una motivación interior, por la voluntad del ser humano de hacer la diferencia en la sociedad, por el deseo de cooperar, aún en las más sencillas actividades.
Cerebro y Corazón
Por esto, la propuesta educativa de la Legión de la Buena Voluntad valoriza la concientización, el establecer de una mirada crítica e incentiva a los actores sociales a ejercer el poder de transformación, para enfrentar los gravísimos problemas sociales que lesionan la esperanza humana de un mundo mejor. Para nosotros, los de la LBV, adoptar actitudes requiere agentes con corazones esclarecidos y provistos de entusiasmo permanente, nunca presos de discursos estériles o de conductas enfurecidas y/o marcadas por la violencia.
Educar con Espiritualidad Ecuménica es la particularidad propuesta por la línea pedagógica creada por el director-presidente de la LBV, José de Paiva Netto, que está formada por la Pedagogía del Afecto (dirigida a los niños de hasta 10 años de edad) y por la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico (a partir de los 11 años de edad). En ella, la preocupación por la formación integral del ser humano une “Cerebro y Corazón”, es decir, sentimiento y raciocinio, que tiene como objetivo un aprendizaje significativo, que invita al educando a convertirse en partícipe de la construcción de una Cultura de Paz. “Educación, tema siempre presente. Urge que sea difundido y encarado, por todos nosotros, como la senda segura que acorta la distancia social entre las clases. Es también un eficiente antídoto contra la violencia, la criminalidad, las enfermedades y todo lo demás que anula el crecimiento saludable de un pueblo”, apuntó el dirigente de la Institución.
Actualmente, esa innovadora propuesta educativa beneficia a miles de niños, jóvenes, adultos y ancianos atendidos en escuelas formales y en programas socioeducativos y socio asistenciales de la LBV, en casi 80 ciudades brasileñas y en bases autónomas de la Obra en seis países: Argentina, Bolivia, Estados Unidos, Paraguay, Portugal y Uruguay. Estas personas son motivadas a asumir una postura de mayor compromiso en la discusión y resolución de problemas que atañen a la comunidad donde viven. Al estimular la criticidad del individuo, le propicia espacios de reflexión acerca de su papel, incluso, en el cumplimiento de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Tal entendimiento viene con el despertar de la conciencia de que somos parte de un mundo que carece de intervención personal de sus habitantes, responsables individual y colectivamente por esta casa planetaria. De ahí la necesidad de dirigir los esfuerzos hacia una sostenibilidad integral. Por esto, los que pasan por las escuelas y por los programas de la LBV se sienten motivados a participar en acciones a favor de la preservación ambiental y de la valorización de la Vida.
Metodología propia
Hace más de seis décadas que la Legión de la Buena Voluntad trabaja para ofrecer una educación de calidad, en un ambiente escolar libre de violencia. En toda la actividad de la LBV, las niñas y las mujeres reciben el apoyo necesario, y en total condición de igualdad con los niños y los hombres, para desarrollar la propia autonomía socioeconómica, lograr la inclusión y tener voz activa en la sociedad, comprometidas en acciones sostenibles.
Investigaciones, debates, profundidad en las cuestiones que afectan el ambiente de los hogares, propuestas de medidas proactivas y simulacro de acciones comunitarias, forman parte de las estrategias utilizadas por la metodología propia de la Institución, el MAPREI (Método de Aprendizaje por Investigación Racional, Emocional e Intuitiva). Los alumnos de las escuelas y los participantes en los diversos programas de la LBV cuentan con la mediación atenta de educadores y demás profesionales durante las actividades de la educación formal y de aquellas con enfoque lúdico pedagógico. Por ejemplo, desde la primera infancia, se incentivan la vivencia y la construcción de gestos relacionados a la protección del medio ambiente; a la defensa personal (advirtiendo a niños y jóvenes sobre el peligro de las drogas); a una reflexión y búsqueda de caminos alternativos al sentimiento egoísta que tan solo produce un progreso inhumano.
Por intermedio de la educación es posible construir una Cultura de Paz, con acciones (sistematizadas o no) que sean significativas para la juventud. Educar a los menores con valores éticos, ecuménicos y espirituales, vale reiterar, es lo que fundamenta la propuesta pedagógica creada por el educador Paiva Netto. Para él, además, el hecho de abastecer el corazón de los pequeñitos con la idea de cultivar buenos sentimientos tendrá naturalmente una consecuencia: ellos devolverán a la sociedad, cuando sean jóvenes y después como adultos, lo mismo que les fue dado.
La Pedagogía del Afecto y la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico se inspiran en el ejemplo de vida y en las enseñanzas del Educador Celestial: Jesús. En Su paso visible por la Tierra, nos dejó un importante mensaje de Amor Fraterno, destacado en el Evangelio según San Juan, capítulo 13, versículos 34 y 35: “Nuevo Mandamiento os doy: Amaos como Yo os amé. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos, si tuviereis el mismo Amor unos por los otros”. En cumplimiento de esa orden suprema, la LBV defiende la bandera de la Solidaridad, de la Fraternidad y de la Paz, oponiéndose de ese modo al sentimiento egoísta que ha llevado a la Humanidad a guerras, hambre y enfermedades.
Entonces, la educación necesita invertir en la formación del intelecto sin olvidar que todos nosotros somos seres de mente y alma, que necesitamos de bienestar espiritual — esto es, en las palabras del dirigente de la LBV, es necesario tener “una mirada más allá del intelecto”. Las niñas y las mujeres, los niños y los hombres, con seguridad, siempre agradecerán toda propuesta educativa que los respete y considere el potencial de cada uno para contribuir con acciones positivas que, sumadas fraternalmente, harán la diferencia en el contexto del próximo conjunto de metas globales: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Ejemplo que inspira a generaciones
El 18 de octubre de 2013, una agradable sorpresa cambió la rutina de los alumnos del Complejo Educativo Buena Voluntad, en São Paulo, Brasil: la visita de su fundador. En esa ocasión, Paiva Netto supervisó los ambientes del Complejo Educativo, en el que estudian cerca de 1.500 alumnos. La recepción de los alumnos y profesores se caracterizó por la emoción, debido al entusiasmo de tener la posibilidad de ver allí a un hombre de Buena Voluntad que siempre trabaja para ofrecer al pueblo una amplia atención de calidad, de acuerdo con las necesidades materiales y espirituales.
El dirigente de la LBV recorrió varios de los ambientes, como por ejemplo el área de Educación Infantil, para niños de hasta 6 años. Pasó por el patio y por el recién inaugurado bosque, con árboles frutales y flores ornamentales. El lugar estaba lleno de niños y niñas, que cariñosamente lo saludaban por todo el camino. La educadora Geni Bertolin destacó: “Su presencia nos proporcionó momentos de mucha emoción, como cuando los niñitos pequeños ponían suavemente sus manitos en su brazo y hombro, y miraban su rostro, encantados”.
Los homenajes y las manifestaciones de gratitud de los estudiantes no terminaron ahí. En el Instituto de Educación, para alumnos de las enseñanzas primaria y secundaria y de la Educación de Jóvenes y Adultos (EJA), el patio adquirió un mayor colorido con la fiesta y la sonrisa de los estudiantes. En esa ocasión, él inspeccionó las nuevas instalaciones de la Biblioteca Bruno Simões de Paiva, ahora más amplia y moderna. El nombre del lugar es un homenaje al padre del fundador de la escuela, quien desde temprano incentivó en su hijo el hábito de la lectura. Allí, el equipo pedagógico desarrolla innumerables actividades, entre ellas el Programa Permanente de Incentivo a la Lectura e Interpretación de la Información. La acción alcanza prácticamente a todos los grupos de edades, desde el nido (con el uso de libros de tela para los niños) hasta la EJA.
Al pasar por la biblioteca, el Grupo de Instrumentistas y el Coro Ecuménico Infanto-juvenil Buena Voluntad, integrados por alumnos de la escuela, entonaron algunas de las canciones que forman parte de su repertorio. Entre ellas, se destacan dos composiciones del creador de la escuela: Amar con el Amor de Dios y Oración para tener Tranquilidad. El coro presentó también una música en LIBRAS (Lengua Brasileña de Señas).
Enseñanza de calidad, arte y valores fraternos caminan juntos tanto en las actividades del Complejo Educativo Buena Voluntad como en las demás unidades socioeducativas de la LBV. Por iniciativa del educador Paiva Netto, a la excelencia de los contenidos se suma la valorización del sentimiento, formando de esta manera “Cerebro y Corazón”. Para la estudiante Geovanna Ribeiro, 16 años, del 3o año de la enseñanza secundaria, todos los valores que ha aprendido quedaron especialmente evidentes en aquel momento. “Recibirlo aquí, en el lugar donde estudiamos, fue un gran honor. ¡Fue un día emocionante y con seguridad, quedará marcado en nuestra memoria!”