La semilla de Amor Fraterno
La LBV de los EUA promueve la práctica de la Cultura de Paz y de Solidaridad en escuelas norteamericanas.
de la Redacción
28/02/2014 | Viernes | 16:18 horas | Actualizado el 22/09 a las 17:16 horas
Hace más de seis décadas la Legión de la Buena Voluntad invierte en una educación de calidad. Para esto, une la práctica pedagógica a los valores de la Espiritualidad Ecuménica en la promoción de la Cultura de Paz. Esta es la particularidad de la LBV, que así posibilita que los niños y los jóvenes tengan la oportunidad de desarrollarse y convertirse en ciudadanos conscientes de sus deberes y derechos sociales. Esta preocupación está presente en las actividades que desarrolla la Institución en todo Brasil y en los seis países donde tiene bases autónomas (Argentina, Bolivia, Estados Unidos, Paraguay, Portugal y Uruguay).
La LBV de los EUA, por ejemplo, promueve un importante trabajo en este sentido, con el programa Estudiantes de Buena Voluntad por la Paz (en inglés, Good Will Students for Peace). “La acción involucra la alianza de educadores de la Institución con profesores de escuelas. Una de las ediciones de esa iniciativa se dio en la escuela Lincoln Avenue, en Orange (Nueva Jersey)” afirmó la educadora Sâmara Malaman que coordina el programa de la LBV. Durante casi tres meses, educadores y estudiantes unieron esfuerzos alrededor de una causa solidaria: conseguir alimentos para donarlos a quienes más los necesitan. Al mismo tiempo, aprendieron más sobre el Amor Fraterno, la Caridad Plena y la Cultura de Paz.
El resultado final de la primera edición del programa, en noviembre de 2013, fue especial para los más de 900 alumnos de la enseñanza primaria de la Lincoln Avenue. Ese día, ellos vieron un video que documentó las acciones desarrolladas por los propios estudiantes. “Todos estuvieron felices de ver reconocida su colaboración y, aún más, fueron impregnados de buenos sentimientos”, recordó Danilo Parmegiani, representante de la LBV de los Estados Unidos.
A partir del tema “Concientizar, compartir y ayudar”, el programa de la LBV buscó unir la propuesta de acción solidaria al contenido de la enseñanza, con el objetivo de despertar una mirada más sensible y crítica del estudiante sobre la realidad social y la calidad de las relaciones interpersonales. Naturalmente, los jóvenes reflexionaron sobre diferentes maneras de inspirar a las personas a practicar y promover valores éticos, fraternos y espirituales.
El plan de acción fue definido por los alumnos, que eligieron hacer una campaña de recolección de alimentos para donar. La decisión vino después de la investigación realizada por ellos sobre las causas de la falta de vivienda y las comunidades en situación social más precaria en la región. Optaron, entonces, por ayudar a familias del Condado de Essex, en Nueva Jersey. Para alcanzar la meta, ellos se dividieron en equipos menores, organizaron una lista de alimentos de primera necesidad y con el apoyo de voluntarios de la LBV, movilizaron a la comunidad local para llevar a cabo la campaña. Gracias a la iniciativa, se armaron cerca de 60 canastas de alimentos, y la entrega se realizó el 28 de noviembre, el Día de Acción de Gracias (en inglés, Thanksgiving Day), feriado popular en los Estados Unidos, en que la familia reunida celebra con gratitud los buenos acontecimientos del año.
Alcance e impacto
En la aplicación del programa, la LBV potencializó el alcance de esta acción socioeducativa, en sintonía con al menos cinco de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): en lo que se refiere a la lucha contra la pobreza extrema y el hambre; por una enseñanza primaria universal; en la promoción de la igualdad entre sexos y el empoderamiento de la mujer; por garantizar la sostenibilidad del
medio ambiente; y fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Para la profesora Cindy Varela, la iniciativa interesó a los alumnos e influyó positivamente en su comportamiento: “Vi a los alumnos en la comunidad felices por poder ayudar a los otros. Uno de los niños les dijo a ustedes que sintió en el corazón que estaba haciendo un buen trabajo, que eso lo hizo sentirse muy bien. Esto es excelente para cualquier escuela”.
La propuesta de una pedagogía que considera el papel del sentimiento, del afecto y de la compasión fue exaltada por la profesora Yashmine Cooper, que felicitó a la LBV por la acción. “Si usted presenta esos valores a los niños, ellos actuarán en consecuencia, sin pensarlo dos veces. (...) Es muy importante aplicar esto en la educación, con el fin de no quedarnos solo en los contenidos curriculares, sino de estar listos para desarrollar el carácter, los valores, la moral”, dijo.
El trabajo desarrollado por el educador Hassan Shaheed con niños del jardín de infancia le ha mostrado, según él, el valor del sentimiento de caridad. “Este programa de la LBV es capaz de hacer que los niños presten más atención a cómo es el mundo realmente, porque dentro de casa, muchas veces, no vemos la situación de aquellos que no tienen nada. (...) Por lo tanto, enseña a los niños a ser solidarios, y esto engrandece el corazón. Cuando se ayuda a alguien, el sentimiento es muy bueno”.
Etapas de aplicación del programa de la LBV
El programa Estudiantes de Buena Voluntad por la Paz presenta estas etapas:
1) movilización y compromiso;
2) actividades de desarrollo del grupo; y
3) presentación de resultados e interiorización.
Su estructura se fundamenta en el MAPREI (Método de Aprendizaje por Investigación Racional, Emocional e Intuitiva), metodología propia de la Pedagogía del Afecto (para niños de hasta 10 años) y de la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico (a partir de 11 años), que forman la línea educativa creada por el educador José de Paiva Netto, Director Presidente de la LBV.
El representante de la LBV de los EUA, Danilo Parmegiani, resumió así el sentimiento de los educadores involucrados en esa primera etapa del proyecto: “Una convicción quedó muy clara: existe un campo fértil para plantar la semilla de Amor Fraterno y cosechar los beneficios pedagógicos y de desarrollo humano proporcionados por el ejercicio de la Buena Voluntad”.
“En mi clase, la práctica del programa Estudiantes de Buena Voluntad por la Paz es diaria”, dijo la profesora Conceição Albuquerque, que trabaja con niños de 5 y 6 años de edad, en Nueva Jersey. “Los educadores americanos valorizaron la contribución de la LBV. Saben que la iniciativa de la Institución busca incentivar las buenas actitudes, el comportamiento moral y ético, la acción a favor de los más necesitados. De esta forma, el ambiente y la comunidad escolar se benefician”.
Para la educadora, los niños están siempre dispuestos a hacer algo dinámico y diferente, y la oportunidad de realizar buenas obras les sirve de motivación. El resultado de eso es que “la comprensión es mayor, se desarrolla el sentido crítico y los conflictos disminuyen”. Por lo tanto, hay un cambio efectivo, principalmente en el comportamiento del alumno, según la profesora Conceição.
La invitación para una nueva actividad de alianza con la Legión de la Buena Voluntad, así como el interés de otras escuelas de Nueva Jersey y de Nueva York en aplicar el programa este año, es un reconocimiento de la importancia de esa acción socioeducativa de la LBV, en la opinión de la educadora Sâmara Malaman. “Profesores, administradores y psicólogos de la escuela reconocieron el valor que los alumnos adquirirán con la experiencia de trabajar directamente en actividades que contribuyan a la formación del carácter. Con esto, ellos son capaces de interiorizar el verdadero mensaje del Amor Fraterno, mientras forman una conciencia solidaria”, afirmó.