¿Cómo prevenir el embarazo en la adolescencia?
Nathan Rodrigues
08/11/2016 | Martes | 9:25 horas | Actualizado el 27/08 a las 15:38 horas
La llegada de un bebé opera cambios significativos en la rutina y en la vida de una familia. La futura madre, por ejemplo, experimenta una serie de cambios fisiológicos y psicológicos. Estos cambios, sin embargo, cuando llegan en momentos inesperados, pueden suponer un problema. De ahí la importancia de hablar sobre la prevención del embarazo en la adolescencia, cuya gestación es considerada riesgosa.
Los expertos explican que el cuerpo de la joven aún no está completamente formado para la maternidad, lo que la hace vulnerable al desarrollo de anemia, presión arterial alta y otras enfermedades a ella y al bebé en sí. Por no mencionar el riesgo de complicaciones en el parto. Incluso, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa de mortalidad en el mundo, entre adolescentes de 15 a 19 años de edad.
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Estas circunstancias son solo algunas de las varias que refuerzan la necesidad de actuar para prevenir el embarazo adolescente. La concientización y el diálogo son herramientas esenciales para esto. En el Portal de la Buena Voluntad creemos que somos Espíritus Eternos1.
De esa manera, entendemos que todas las relaciones pueden traer impactos positivos o no, si son establecidas en el momento adecuado y con la persona que esté realmente comprometida con nuestra verdadera felicidad.
Entonces, ¿qué hacer?
Esto significa que tenemos que orientar a los jóvenes y adolescentes sobre la conducta sexual responsable, recordando sobre todo que se trata de conexiones espirituales. Incluso, por más que sean relaciones pasajeras, ellas pueden traer graves consecuencias materiales (como las ya mencionadas), y sobre todo al espíritu, que es eterno.
Por supuesto que esto se aplica a todas las etapas de la vida. Pero, principalmente, en la infancia y en la juventud, la buena relación de los padres con sus hijos es un factor clave para analizar esta cuestión con madurez. Tener una relación de confianza puede ayudar al joven que se encuentra en esta situación, como en tantos otros desafíos y aflicciones naturales de esa edad.
Sin embargo, este vínculo no se crea de un momento a otro y necesita ser cultivado en el hogar.
Consejos de cómo hacerlo
La recomendación de la psicóloga brasileña Suzy Camacho es que esto ocurra en momentos de proximidad entre los padres y los hijos. “Principalmente en la mesa, durante las comidas, tenemos que hablar sobre cómo fue el día, qué se hizo, cuáles fueron las actividades del día. Por la noche, antes de acostarse también”.
En estas ocasiones, según la especialista, es importante mostrar interés por los sentimientos de los hijos: “Preguntar cómo estuvo el resto del día, cómo se siente el niño: si está feliz; si está triste. (...) Por lo tanto, es importante crear el hábito de conversar con el niño que está en formación”.
Además del compromiso en el hogar, la sociedad en general también tiene que participar, por ejemplo, trayendo el tema a la clase, y también para los productos culturales y contenidos que circulan en los medios de comunicación (en este caso, específicamente para evitar que se promueva la sexualización precoz de los niños, jóvenes y adolescentes).
Siempre luchar por la vida
Este entendimiento espiritual, del que hablamos más arriba, también debe ser decisivo para que el adolescente, incluso frente a grandes dificultades como la del embarazo precoz, elija siempre luchar por la vida, contra el aborto (que puede generar consecuencias aún mayores). En su campaña de valoración del ser humano y su Espíritu Eterno, el Portal Buena Voluntad reitera que la interrupción del embarazo nunca debe ser una opción, por más difícil que sea enfrentar el embarazo.
¡Creemos que desde el momento de la concepción, hay vida! Y tiene que ser respetada, como hace décadas preconiza el periodista Paiva Netto:
“En nuestra constante preocupación por valorar la vida, sostenemos que, si una mujer tiene derecho sobre su cuerpo, el feto también tiene derecho sobre el suyo”.
Además, es esencial brindar apoyo para que el embarazo ocurra de forma segura, tanto para la madre como para el bebé. En su constante campaña por la Vida, la Legión de la Buena Voluntad (LBV) valora y trabaja para ayudar a las personas, en todas las etapas de la vida. Por lo tanto, no podría dejar de ofrecer un programa exclusivo para ayudar a las madres, realizando acciones basadas en la garantía de los derechos de la madre y del niño.
El programa Ciudadano Bebé
El programa Ciudadano Bebé, que ayuda a mujeres embarazadas y madres con niños de hasta tres años de edad, promueve charlas educativas sobre la planificación familiar y sobre el cuidado de la salud y de la educación de los hijos, dadas por especialistas, con asesoramiento psicológico y, cuando sea necesario, orientar para un tratamiento médico en el sistema de salud. Gracias a la iniciativa, las mujeres fortalecen los lazos afectivos maternos y superan los desafíos iniciales del embarazo.
En el caso de las mujeres embarazadas, este apoyo no termina con el final del embarazo. Después del nacimiento de los bebés, la Institución también organiza grupos de madres, con reuniones mensuales en las cuales se promueven discusiones sobre el cuidado del niño.
En esta etapa, el equipo de asistencia social de la LBV sigue el esquema de vacunación de los pequeños y la evaluación del peso y la altura del niño, hasta que completen un año de edad.
El programa también es desarrollado por la Institución en Portugal y un trabajo similar se realiza en Paraguay y Bolivia, a través del Grupo de Madres.
Sea cual sea el formato, frente a los grandes desafíos y dilemas, la familia siempre es la base más fuerte del individuo. Cuidemos de ella, como advierte el escritor Paiva Netto:
“En nuestros pensamientos diarios, observemos siempre si estamos dando el valor justo a la familia. Un país mejor, más feliz y, por lo tanto, una Humanidad equilibrada dependen de los núcleos familiares bien establecidos, debidamente valorados por sus miembros y por la comunidad. La importancia de la familia trasciende el entendimiento más común. En ella, la vida humana encuentra su refugio. Es en la familia que deben florecer los sentimientos más tiernos y sublimes del ser humano”.
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1 Espíritu Eterno: Entendemos que el ser humano está compuesto por materia (cuerpo) y espíritu, una parte eterna y Divina que existe mucho antes que el cuerpo y que perdura después del fenómeno de la muerte. De ahí la expresión “espíritu eterno”, que es la individualidad, las cualidades y los valores que caracterizan al ser.
Como define el Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, José de Paiva Netto: “Hay quien lo entiende solo como proyección de la mente carnal, el raciocinio material. Entonces, tenemos que explicar lo que queremos decir al mencionar al Espíritu: la parte eterna de todos nosotros, sin la cual el cuerpo se convierte en cadáver”.
Afirmación nacida de las palabras del Educador Celestial Jesús, que en Su Evangelio nos enseñó: “Dios es Espíritu” (San Juan, 4:24), lo que se completa en el relato de Moisés, Génesis mosaico (1:26): “También dijo Dios: Hagamos al Hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (...)”. Para el Portal Buena Voluntad el entendimiento del “espíritu eterno” transforma la vida de las personas y amplía sus capacidades de realización en el Bien. Lea más sobre el tema.
