Microcefalia: Neuróloga explica causas, tratamientos y síntomas
La enfermedad puede tener relación con los casos crecientes del zika virus.
Karine Salles
10/03/2016 | Jueves | 16:48 horas | Actualizado el 22/09 a las 16:07 horas
Recientemente, con el brote del zika virus en diversos países del continente americano, la microcefalia empezó a llamar la atención de la comunidad internacional, principalmente en el caso de las embarazadas. A pesar de que los efectos del virus sobre el feto están bajo análisis, en noviembre de 2015 el Ministerio de Salud de Brasil identificó el aumento de casos de microcefalia en bebés, cuyas madres fueron infectadas por el virus.
De acuerdo con estudios preliminares, autoridades brasileñas señalaron que hay mayor riesgo de microcefalia y malformación del feto con la infección del virus en el primer trimestre del embarazo. Las autoridades de salud, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras agencias, están investigando la causa, los factores de riesgo y las consecuencias de la microcefalia. Para esclarecer las principales dudas sobre la enfermedad, el Portal Buena Voluntad conversó con la Dra. Tânia Saad, neuróloga pediátrica del Instituto Nacional de Salud de la Mujer, del Niño y del Adolescente Fernandes Figueira, de la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ), Brasil:
LA ENFERMEDAD
La microcefalia es la reducción del tamaño de la cabeza del bebé, es decir, una desproporción en relación con el peso y con el tamaño del niño. Además, según la Dra. Tânia, “para confirmar la microcefalia debe haber una desproporción entre el rostro del bebé y el cráneo, pues los huesos que cierran la cabeza son menores que el tamaño del rostro”.
LAS CAUSAS
La microcefalia no es una enfermedad ‘nueva’, no obstante siempre fue rara. En general, la malformación congénita está asociada a una serie de factores con diferentes orígenes. Puede ser por el uso de sustancias químicas durante el embarazo, como drogas, contaminación por radiación e infección por agentes biológicos, como bacterias y virus. “La rubéola, por ejemplo, que es una enfermedad muy conocida y que tiene vacuna, también puede alterar el tamaño del cerebro y causar alteraciones en el corazón, en el hígado y en el intestino”, alertó.
Cuando el bebé no recibe suficiente sangre, él también tiene un crecimiento restringido en el útero. “Esto sucede porque muchas veces los vasos de la placenta están con problemas o la madre está con la presión arterial alta, impidiendo que ese bebé reciba los nutrientes”, señaló la Dra. Tânia Saad.
LAS CONSECUENCIAS
Cerca del 90% de las microcefalias están asociadas con el retraso mental. El tipo y el nivel de gravedad de la secuela van a variar de acuerdo con cada caso. “Es un niño que va a tener problemas en el desarrollo neuropsicomotor, es decir, la parte neurológica y motora, y neurosensorial, debido a las calcificaciones que se crean en el cerebro.”
Otras consecuencias que suele haber son crisis convulsivas, dolores de cabeza y en las articulaciones, visión perjudicada, sordera, problemas intestinales. “El niño puede tener dificultades para razonar, para estudiar, para adquirir el lenguaje y en su aparato locomotor”, dijo.
EL TRATAMIENTO
Tratamientos realizados desde los primeros años mejoraron el desarrollo y la calidad de vida del niño. No hay uno específico. El tratamiento se hace de acuerdo con las manifestaciones del bebé, pues algunos pueden presentar un comprometimiento menor y solo hay una parálisis, por ejemplo. Independiente del grado, el tratamiento incluye sesiones de fonoaudiología, fisioterapia y terapia ocupacional para estimular al niño, disminuir el retraso mental y también el atraso del desarrollo y del crecimiento.
LA ATENCIÓN
El desconocimiento, el surgimiento del brote de la enfermedad y su relación con el zika virus aún generan miedo y dudas en muchas familias. “Es importante que los padres puedan ser, aunque mínimamente, preparados para la llegada de un bebé que va a tener tantas necesidades”. Y como cualquier otra enfermedad con o sin limitación, el Portal Buena Voluntad recuerda que el amor y la atención dedicados al niño son esenciales para una vida con más calidad.