Vivir con el SIDA es “un desafío superado cada día", afirma una portadora

Karine Salles

01/12/2014 | Lunes | 9:10 horas | Actualizado el 22/09 a las 16:07 horas

Apesar de la tendencia a la estabilidad, la epidemia de VIH/Sida afecta de forma diferente a diversas regiones del mundo. De acuerdo con el Informe Global 2011, del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Unaids), existen 34 millones de personas con el virus. La organización reconoció que nuevas infecciones y muertes relacionadas con el Sida cayeron a niveles más bajos desde el pico de la epidemia, en la década de 1990.

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Dr. Pedro Chequer

En la década de 1980, después de ser diagnosticado portador del virus, el paciente se encontraba ante un corto ‘plazo de vida’: aproximadamente cinco meses. Actualmente, gracias a los avances de las investigaciones en el área, la perspectiva de sobrevida es de aproximadamente cien meses, conforme conmemoró el Dr. Pedro Chequer, coordinador general de la UNAIDS/Brasil.

Portadora del virus hace 19 años, la pedagoga Nair Brito hizo un balance sobre el convivir con la enfermedad y mantener una vida saludable. “Nosotros no teníamos ninguna chance, el diagnóstico significaba: ‘— Mire, dentro de poco morirá’. Y en 1996, a partir de los antiretrovirales y de las investigaciones esto acabó.”, destacó en una entrevista, al Portal Buena Voluntad.

Sobre los avances en el tratamiento, el Dr. Chequer señaló que “para que esto suceda es necesario que las personas sean diagnosticadas. El gran problema que el mundo enfrenta hoy es el diagnóstico: solo la mitad de las personas infectadas saben que tienen el virus y no son acompañadas clínicamente, no hacen el tratamiento”.

Cuando empieza el tratamiento, una nueva rutina se incorpora a la vida de un seropositivo. Hay quienes dicen que este inicio es uno de los momentos más difíciles. “Las medicaciones no son ‘caramelos’, no. Ellos provocan efectos severos en el organismo y en el cuerpo. Continúa siendo un desafío vivir con sida”, destaca Nair.

La persona portadora del virus que adhiere al tratamiento de forma adecuada y a los cuidados esenciales, lleva una vida normal. Sin embargo, el Dr. Chequer refuerza que “la adhesión al tratamiento es consecuencia de un proceso que involucra al paciente, al equipo del servicio de atención y a la familia. Un trípode, actuando de modo coordinado, donde el respeto al paciente como Ser Humano y su acogida son fundamentales”.

Para Nair, “aun existen el prejuicio y el estigma. Y cuando nosotros hablamos de vivir no hablamos solo de resistir, nosotros pensamos en vivir como una persona, que no tenga ninguna forma de prejuicio y exclusión. Todavía con 30 años de epidemia muchas personas nos estigmatizan y esto es malo”. Y afirma: “es un desafío superado cada día; te despiertas agradeciendo por estar vivo, pidiéndole a Jesús que permanezcamos viviendo con dignidad”.

“Sobre este tema, desde hace décadas escribí que nuestros hermanos que padecen el virus IVH y los que sufren de otros males físicos, mentales o espirituales necesitan en primer lugar del Amor Fraterno, unido a la debida ayuda médica. Si la persona se siente humanamente amparada, creará una especie de resistencia interior muy fuerte, que la ayudará en la recuperación o en la paciencia ante el dolor. Suelo afirmar que el virus del prejuicio agrede más que la enfermedad. (...) Lejos del Amor Fraterno, o Respeto, si así quisieran llamarlo, el Ser Humano jamás sabrá vivir en Sociedad Solidaria Altruista Ecuménica, porque su existencia se resumirá a un terrible “cosmos”, el mezquino universo del egoísmo”, registró el escritor Paiva Netto en su artículo “Aids e Direitos Humanos” [El Sida y los Derechos Humanos], publicado en centenas de periódicos, revistas y sites en Brasil y en el exterior.

Versión: Heriberto Fleitas
Revisión: Luci Teixeira